lunes, 3 de agosto de 2015

Los verdaderos Versos Dorados de Pitágoras


 1. Los auténticos Versos Áureos de Pitágoras desaparecieron, así como la biografía que de él hizo su bella esposa. 

2. Los que circulan en la actualidad, expuestos más abajo, no son los verdaderos, como reconocen especialistas y doctores de la historia convencionales. 

3. Hordas rabiosas de una religión establecida naciente, un cristianismo contrario al que predicó Cristo, acabaron con miles de obras provenientes de una Antigüedad donde había más bibliotecas que tabernas, y donde los héroes populares eran los Filósofos, llenando salas y anfiteatros. 

4. Hoy puede haber una media de mil bares por una biblioteca; y los héroes son para mucha gente simplemente una cuadrilla de famosos y "pringaos" con vocación de medio majaras. Hay una retro-alimentación entre el público y sus iconos, con millones de "likes" y "tweets" en las redes sociales. ¿Cuántos tendría un Aristóteles hoy en día? 

5. Pitágoras conquistó la esotérica ciudad de Cratona sin armas, con cuatro discursos:

6. Uno dirigido a los jóvenes, otro al Senado, otro a las mujeres y otro a los niños. 

7. Se convirtió en un héroe. La gente anhelaba ser como "recriminada-amonestada-reconducida-instruida" de toda suerte de ciencias y reglas. 

8. Este sabio de origen fenicio y educado en Egipto, no era el semi-dios Zalmoxis como lo llamó un sabio contemporáneo. 

9. Posiblemente los versos áureos que se conocen fueron hechos con la mejor intención por sus discípulos a lo largo del tiempo, en forma de unas loables y respetables reglas morales de sabor, en mi opinión, confuciano, muy útiles, muy bellas, muy apropiados para convertirlos en poemas gnómicos, pero nada que ver con los verdaderos, excepto la mención a la Tretaktis...

10. Se define de un modo ortodoxo a la Tetraktys o Cuaternidad como "Número sagrado y fundamental de
los pitagóricos por el cual juraban su fidelidad. Simboliza la unidad, origen y principio, la dualidad de los opuestos y las
complementariedades, y el triunfo de la trinidad, que finalmente se despliega en el universo del cuatro. 
1 + 2 + 3 + 4 = 10, la unidad
expandida en la manifestación, = 1 + 0 = 1, el retorno a la unidad."
   Se olvidan mencionar que esa operación es según la Aritmética...

11. La operación algebraica y alfa-numérica, usando el alfabeto hebreo sería desgranando el nombre secreto impronunciable del Creador:
(Yod: 10) +  (Hé: 5) + (Vau: 6) + (Hé: 5) = YHVH: 26
2 + 6 = 8...

12. Más sobre Pitágoras, aspectos ocultos de los números, etcétera en una próxima publicación titulada "Matemáticas secretas explicadas" que contendrá un instructivo vídeo.



LOS VERSOS ÁUREOS (conocidos)
Honra, en primer lugar, y venera a los dioses inmortales,
a cada uno de acuerdo a su rango.
Respeta luego el juramento, y reverencia a los héroes ilustres,
y también a los genios subterráneos:
cumplirás así lo que las leyes mandan.
Honra luego a tus padres y a tus parientes de sangre.
Y de los demás, hazte amigo del que descuella en virtud.
Cede a las palabras gentiles y no te opongas a los actos
provechosos.
No guardes rencor al amigo por una falta leve.
Estas cosas hazlas en la medida de tus fuerzas,
pues lo posible se encuentra junto a lo necesario.
Compenétrate en cumplir estos preceptos,
pero atente a dominar
ante todo las necesidades de tu estómago y de tu sueño,
después los arranques de tus apetitos y de tu ira.
No cometas nunca una acción vergonzosa,
Ni con nadie, ni a solas:
Por encima de todo, respétate a ti mismo.
Seguidamente ejercítate en practicar la justicia, en palabras y en obras,
Aprende a no comportarte sin razón jamás.
Y sabiendo que morir es la ley fatal para todos,
que las riquezas, unas veces te plazca ganarlas y otras te plazca perderlas.
De los sufrimientos que caben a los mortales por divino designio,
la parte que a ti corresponde, sopórtala sin indignación;
pero es legítimo que le busques remedio en la medida de tus
fuerzas;
porque no son tantas las desgracias que caen sobre los hombres buenos.
Muchas son las voces, unas indignas, otras nobles, que vienen a herir el oído:
Que no te turben ni tampoco te vuelvas para no oírlas.
Cuando oigas una mentira, sopórtalo con calma.
Pero lo que ahora voy a decirte
es preciso que lo cumplas siempre:
Que nadie, por sus dichos o por sus actos,
te conmueva para que hagas o digas nada que no sea lo mejor para ti.
Reflexiona antes de obrar para no cometer tonterías:
Obrar y hablar sin discernimiento es de pobres gentes.
Tú en cambio siempre harás lo que no pueda dañarte.
No entres en asuntos que ignoras,
mas aprende lo que es necesario:
tal es la norma de una vida agradable.
Tampoco descuides tu salud,
ten moderación en el comer o el beber,
y en la ejercitación del cuerpo.
Por moderación entiendo lo que no te haga daño.
Acostúmbrate a una vida sana sin molicie,
y guárdate de lo que pueda atraer la envidia.
No seas disipado en tus gastos
como hacen los que ignoran lo que es honradez,
pero no por ello dejes de ser generoso:
nada hay mejor que la mesura en todas las cosas.
Haz pues lo que no te dañe, y reflexiona antes de actuar.
Y no dejes que el dulce sueño se apodere de tus lánguidos ojos
sin antes haber repasado lo que has hecho en el día:
"¿En qué he fallado? ¿Qué he hecho? ¿Qué deber he dejado de cumplir?"
Comienza del comienzo y recórrelo todo,
y repróchate los errores y alégrente los aciertos.
Esto es lo que hay que hacer.
Estas cosas que hay que empeñarse en practicar,
Estas cosas hay que amar.
Por ellas ingresarás en la divina senda de la perfección.
¡Por quien trasmitió a nuestro entendimiento la Tetratkis,
la fuente de la perenne naturaleza.
¡Adelante pues! ponte al trabajo,
no sin antes rogar a los dioses que lo conduzcan a la perfección.
Si observares estas cosas
conocerás el orden que reina entre los dioses inmortales y los
hombres mortales,
en qué se separan las cosas y en qué se unen.
Y sabrás, como es justo, que la naturaleza es una y la misma en todas partes,
para que no esperes lo que no hay que esperar,
ni nada quede oculto a tus ojos.
Conocerás a los hombres,
víctimas de los males que ellos mismos se imponen,
ciegos a los bienes que les rodean, que no oyen ni ven:
son pocos los que saben librarse de la desgracia.
Tal es el destino que estorba el espíritu de los mortales,
como cuentas infantiles ruedan de un lado a otro,
oprimidos por males innumerables:
porque sin advertirlo los castiga la Discordia,
su natural y triste compañera,
a la que no hay que provocar, sino cederle el paso y huir de ella.
¡Oh padre Zeus! ¡De cuántos males no librarías a los hombres
si tan sólo les hicieras ver a qué demonio obedecen!
Pero para ti, ten confianza,
porque de una divina raza están hechos los seres humanos,
y hay también la sagrada naturaleza que les muestra y les descubre todas las cosas.
De todo lo cual, si tomas lo que te pertenece,
observarás mis mandamientos,
que serán tu remedio, y librarán tu alma de tales males.
Abstente en los alimentos como dijimos,
sea para las purificaciones, sea para la liberación del alma,
juzga y reflexiona de todas las cosas y de cada una,
alzando alto tu mente, que es la mejor de tus guías.
Si descuidas tu cuerpo para volar hasta los libres orbes del éter,
serás un dios inmortal, incorruptible,
ya no sujeto a la muerte.

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Esta es la versión de Antoine Fabre d´Olivet (1813)

Preparación:
Rinde culto consagrado a los Dioses inmortales;
Conserva tu fe; reverencia la memoria
De los Héroes bienhechores y los Espíritus semi-Dioses.

Purificación:
Sé buen hijo, hermano justo, esposo tierno y buen padre.
Escoge por amigo tuyo a quien sea amigo de la virtud;
Acoge sus dulces consejos, instrúyete con su vida,
Y jamás le abandones por un ligero agravio
Si puedes hacerlo; pues una ley severa
Liga la Autoridad con la Necesidad.
Por ello, estás habilitado para combatir y vencer
A tus locas pasiones; aprende a dominarlas.
Sé sobrio, dinámico y casto; evita la ira.
Ni en público ni en privado, jamás permitas
Nada malo; y, sobre todo, respétate.
No hables ni actúes sin haber reflexionado.
Sé justo. Recuerda que un poder invencible
Ordena morir; que los bienes y honores
Fácilmente adquiridos, son fáciles de perder.
Y en cuanto a los males que el Destino conlleva,
Júzgalos por lo que son; sopórtalos, y procura,
En lo que puedas , suavizar sus rasgos:
Los Dioses, por demás crueles, no han librado a los sabios.
La Verdad es, como el Error, para sus amantes:
El filósofo aprueba o censura con prudencia;
Y, si el Error triunfa, aquél se aleja y espera.
Escucha mis palabras y grábalas en tu corazón;
Cierra tus ojos y oídos a la prevención;
Recela del ejemplo ajeno; piensa por ti mismo:
Consulta, delibera y elige libremente.
Deja que los locos actúen sin objeto ni motivo.
Tú debes, ahora, contemplar el porvenir.
No pretendas hacer lo que no sabes.
Instrúyete: el tiempo y la constancia todo lo deparan.
Vigila tu salud: dispensa, con mesura,
Alimentos al cuerpo y reposo al espíritu.
Evita los cuidados demasiados o escasos, pues el deseo
Se aferra por igual a uno u otro exceso.
El lujo y la avaricia tienen parecidas consecuencias.
En todo hay que elegir un término medio, justo y bueno.

Perfección:
Ojalá que el sol jamás cierre tus párpados
Sin que te preguntes: ¿Qué omití? ¿Que hice?
Si obraste mal, abstente; si obraste bien, persevera.
Medita sobre mis consejos; ámalos; hazlos tuyos.
Ellos te conducirán hacia las virtudes divinas.
Lo juro por quien grabó en nuestros corazones
La Tétrada Sagrada, símbolo inmenso y puro,
Fuente de la Naturaleza, y del modelo de los Dioses.
Sin embargo, que ante todo tu alma, fiel a su deber,
Invoque con fervor a estos Dioses cuyo auxilio
Es el único capaz de consumar las obras que iniciaste.
Que ellos te instruyan; entonces, nada te inducirá a error.
Sondearás la esencia de seres diferentes;
Conocerás el principio y fin de Todo.
Si el Cielo lo quiere, sabrás de la Naturaleza,
semejante en todo, es la misma por doquier:
De modo que, en conocimiento de tus verdaderos derechos,
Tu corazón no se alimentará más con deseos vanos.
Verás que los males que devoran a los humanos
son el fruto que ellos eligieron; y que esos desdichados
Buscan lejos de si los bienes de cuya fuente son portadores.
Poco saben sobre ser felices: juguetes de las pasiones
Sacudidos alternadamente por olas contrarias,
En un mar sin ribera, enceguecidos, van a los tumbos
Sin poder resistir ni ceder a la tempestad.
¡Dios, los salvarías quitándoles las vendas de sus ojos!
Sin embargo, no es así: corresponde a los humanos, cuya raza
Es divina, distinguir el Error y ver la Verdad.
La naturaleza es su servidora. Hombre sabio, hombre feliz,
Respira en el puerto en el cual ingresaste.
Mas observa mis leyes, absteniéndote de cosas
Que tu alma debe temer, distinguiéndolas bien;
Dejando que la inteligencia reine sobre el cuerpo:
A fin de que, elevándote en el Eter resplandeciente,
Seas tú mismo un Dios en el seno de los Inmortales.

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