viernes, 7 de agosto de 2015

Super ola de calor “fulcanelli”


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Editado 14/07/16: nuevos anexos al final con informaciones sobre el cambio de eje de la Tierra casi 80 años después del anuncio de Fulcanelli + video de cómo quedarían los continentes.

Entre las teorías difundidas por pseudo-profetas y científicos bien pagados, destaca por su brillo honesto y lógico una predicción del misterioso alquimista Fulcanelli, cubierta por el polvo del tiempo, las modas y las corrientes de pensamiento superficiales, aquí se desgaja esa naranja no-mecánica...
Nota al final: se explica un yoga-mudra para refrescar el cuerpo y que podría salvar tu vida si las temperaturas superaran los 50 grados centígrados en un momento dado.

1. No hay estadísticas de olas de calor letales para grandes grupos de población, salvo para algunos individuos en estado de debilidad que no han soportado temperaturas en torno a los 40 grados o más.

2. El rango de temperatura máxima que puede soportar el organismo oscila entre los 45-50ºC, por encima de esto el riesgo de colapso y deshidratación es muy elevado.

3. Los nativos y trabajadores extranjeros en zonas desérticas como el Sahara soportan en ocasiones temperaturas más allá de los cincuenta grados a cambio de beber unos veinte litros de agua diarios, usan además ropas holgadas y sus viviendas disponen de techos altos.

4. La canícula natural de “toda la vida”, la natural, se ha alterado, se dan registros de calor inusuales, tanto en zonas de Hispania como la sierra de Cádiz desde donde emitimos ahora hasta en lugares tan distantes como Irak e Irán donde han pasado de 50ºC en zonas no desérticas. La canícula es llamada así por la presencia de la estrella Sirio en la constelación de Canis, más imponente entre el 20 de julio y el 20 de agosto, cuando más calor hace, debido, según alguna teoría popular, a que al calor del Sol se une el calor de Sirio…

5. Daños climáticos conocidos y efectos palpables en la actualidad no descartarían una ola de calor de tal magnitud que fuera letal para grandes grupos de personas, dependiendo de su duración e intensidad.

6. Una super ola de calor, valga la expresión, se puede dar por los siguientes motivos:
a) Que el Sol pegue un vejigazo. (puedes apadrinar esta palabra en vías de extinción aquí).
b) Que estallara un artefacto nuclear en el aire, de modo accidental o provocado, “culpando al silencioso Sol” de ello, a través de la Red de Mentiras de internet, prensa, radio y televisión.
c) Debilidad extrema de una zona de la capa de ozono que dejara entrar “a saco” todo tipo de radiaciones.
d) Aumento del calor del núcleo de la Tierra (“fiebre”), actividad volcánica o nuclear en la superficie, etcétera.

7. Aquí se no se trata de amedrentar y confundir, para ello hay miles de opiniones y estudios disponibles sobre cambio climático, con mini-eras glaciales incluidas en algunas teorías. Entre todas, preferimos la tesis de cierto ciudadano de Heliópolis, el adepto conocido como Fulcanelli, buscado por la CIA, la antigua KGB y miles más, debido a su conocimiento último de la materia y el control de ésta por transmutación. A las puertas de la casa de su discípulo Canseliet acampaba gente aún en los años 60, tal era la pasión de los interesados en la Alquimia, ansiosos por obtener algunas migas de pan de ese conocimiento secreto, aunque fuera de alguien que conoció al maestro aunque no obtuvo la Piedra en su estadio final: bastaba el resplandor reminiscente de pasados contactos, que hubiera sido testigo de la redención de la materia en algún sótano parisino junto al Adepto...

8. Es mejor para tu carro la opinión de un zapatero honrado que sepa algo de mecánica de automóviles, que un mecánico deshonesto aunque sepa mucho de lo suyo. Fulcanelli o Vulcano-Helios es un alquimista real, no un profeta. Pero en una de sus obras escritas conocidas profetiza acerca de una súper ola de calor de tal magnitud que abrasaría el hemisferio Norte, salvo algunas regiones que harían de “arcas rocosas” salvadoras, mientras que el hemisferio Sur sería inundado por las aguas. Menciona en otro lugar el fenómeno de la inversión repentina de los polos, pero eso es “harina de otro costal” aunque del mismo molino…

9. Como es arriba es abajo, lo que vale para el matraz del laboratorio puede valer para nuestro matraz interior, y lo que vale para nosotros puede valer para el planeta o viceversa. La mecánica de una cosa sirve para otra, si es similar. La analogía también es Ciencia.

Fulcanelli (textos):

Accedemos a un “berenjenal” de letras y cifrados. Como aquel requisito previo que requerían en la academia de Pitágoras, "no entre aquí nadie que no sepa matemáticas o música", no en el sentido convencional sino en el natural; basta tener sensibilidad y flexibilidad, apertura mental y carencia de prejuicios, para disfrutar de la música o del arte alquímico, aunque no sepamos componer. Además, lo que sigue puede ser tedioso o aburrido, puedes saltar e ir al final, eres libre y puedes volver cuando quieras. 
Hay también un propósito sutil de domesticación de los algoritmos de Google,  ebrios de mediocridad, es necesario combatir con evidencias la idea falsa de que todo se puede encontrar en internet. añadiendo alimento inédito. Al hilo del tema que nos ocupa, basta ver en la patética wikipedia la descripción que se hace de Fulcanelli, con retratos falsos incluidos.

10. A modo de telonero, este texto es de Sethon (el Cosmopolita), otro auténtico adepto, sino es que no es el mismo Fulcanelli… pero eso es lo de menos, jugar a detectives no es la función aquí. Al hilo de la correspondencia entre el matraz y el Universo escribe:
“Así pues el Creador de todas las cosas es el destilador, y en su mano está ese destilatorio. En su inescrutabilidad podrá cuando sea su “santa voluntad” extinguir el fuego central o quebrar el vaso. Y ese será el fin de todas las cosas. Pero como la bondad del Creador tiende a lo mejor, exaltará y elevará ese fuego, el más puro de todos, que en el firmamento está más alto que las aguas de los cielos, y aumentará un grado el fuego central, a fin de que todas las aguas sean volatilizadas en aire, y la tierra será calcinada. Hasta tal punto que el fuego, tras haber consumido todo lo impuro, devolverá a la tierra purificada las aguas sutilizadas que habrán circulado en el aire. Y de esta manera Dios, o el principio creador, hará un mundo mucho más noble”.

Signos de putrefacción social

11. Sobre esto Fulcanelli escribe (¡ya en los años 30 del siglo pasado!)
“Ahora ya, a causa de la multiplicidad de las adquisiciones científicas, el hombre no consigue vivir sino a fuerza de energía y de resistencia, en un ambiente de actividad trepidante, enfebrecido y malsano. Ha creado la máquina, que ha centuplicado sus medios y su potencia de acción, pero se ha convertido en su esclavo y su víctima: esclavo en la paz y víctima en la guerra. La distancia ya no es un obstáculo para el hombre: se traslada con rapidez de un punto del Globo a otro por las vías aérea, marítima y terrestre. No vemos, sin embargo, que estas facilidades de desplazamiento lo hayan hecho mejor ni más feliz, pues si el adagio afirma que los viajes forman a la juventud, no parecen contribuir gran cosa a reafirmar los vínculos de concordia y fraternidad que deberían unir a los pueblos.
Jamás las fronteras han estado mejor guardadas que hoy. El hombre posee la facultad maravillosa de expresar su pensamiento y de hacer escuchar su voz hasta en los lugares más lejanos, y, sin embargo, esos medios mismos le imponen nuevas necesidades. Puede emitir y registrar las vibraciones luminosas y sonoras sin ganar con ello más que una vana satisfacción de curiosidad, cuando no una sujeción escasamente favorable a su elevación intelectual. Los cuerpos opacos se han vuelto permeables a las miradas del hombre, pero si le es posible sondear la materia inerte, en contrapartida, ¿qué sabe de sí mismo, es decir, de su origen, de su esencia y de su destino?


12. Prosigue:

“A los deseos satisfechos suceden otros deseos no cumplidos. Insistimos en que el hombre quiere ir de prisa, cada vez más de prisa, y esta agitación hace insuficientes las posibilidades de que dispone. Arrastrado por sus pasiones, sus codicias y sus fobias, el horizonte de sus esperanzas retrocede indefinidamente. Es la carrera lanzada hacia el abismo, el desgaste constante, la actividad impaciente, frenética, sin tregua ni reposo. «En nuestro siglo -ha dicho muy justamente Jules Simon-, es preciso caminar o correr; quien se detiene está perdido.» A esta cadencia, a este régimen, la salud física periclita. Pese a la difusión y la observación de las reglas de higiene, pese a las medidas profilácticas, a despecho de innumerables procedimientos terapéuticos y de la proliferación de las drogas químicas, la enfermedad prosigue sus estragos con una perseverancia incansable. Hasta tal punto, que la lucha organizada contra los flagelos conocidos no parece tener otro resultado que hacer nacer otros nuevos, más graves y refractarios.
La Naturaleza misma da señales inequívocas de lasitud: se vuelve perezosa. A fuerza de abonos químicos, el cultivador obtiene ahora cosechas de valor mediano. Interrogad al campesino, y os dirá que «la tierra se muere», que las estaciones se ven revueltas y el clima, modificado. Todo cuanto vegeta se ve falto de savia y de resistencia. Las 
plantas languidecen -es un hecho oficialmente comprobado- y se muestran incapaces de reaccionar contra la invasión de los insectos parásitos o el ataque de las enfermedades de micelio.
Por fin, nada nuevo diremos al manifestar que la mayor parte de los descubrimientos, orientados al principio hacia el acrecentamiento del bienestar humano, se han desviado rápidamente de su meta y se han aplicado de modo especial a la destrucción. Los instrumentos de paz se convierten en ingenios de guerra, y es bastante conocido el papel preponderante que la ciencia desempeña en las conflagraciones modernas. Tal es, por desdicha, el objetivo final, el desembocar de la investigación científica, y tal es, asimismo, la razón por la cual el hombre, que la prosigue con esta misma intención criminal, invoca sobre sí la justicia divina y se ve necesariamente condenado por ella.”
Reflexiones valiosas al hilo se pueden encontrar en las publicaciones MATRIX y ORIGEN.

13. Sobre el fin del mundo dice:

“Cuando la gente habla del fin del mundo, evoca y traduce por lo general la idea de un cataclismo universal que, a la vez, entraña la ruina total del Globo y el exterminio de sus habitantes. Según esta opinión, la Tierra, rodeada de todos los planetas, cesaría de existir. Sus restos, proyectados en el espacio sideral, caerían en lluvia de aerolitos
sobre los mundos próximos al nuestro. Algunos pensadores, más lógicos, toman la expresión en un sentido menos amplio. Según su opinión, la perturbación tan sólo afectaría a la Humanidad. Les parece imposible admitir que nuestro planeta desaparezca, aunque todo cuanto vive, se mueve y gravita en su superficie esté condenado a perecer. Tesis platónica que podría ser aceptable si no implicara la introducción irracional de un factor prodigioso: el hombre renovado que nace directamente del Sol, a la manera de un simple vegetal y sin simiente previa.
No es así como conviene entender el fin del mundo, tal como nos es anunciado por las Escrituras y tal como lo encontramos en las tradiciones primitivas, pertenezcan a la raza que pertenezcan. Cuando para castigar a la Humanidad por sus crímenes, Dios resolvió sumergirla bajo las aguas del diluvio, no sólo fue afectada únicamente la superficie de la Tierra, sino que cierto número de hombres justos y elegidos, habiendo encontrado gracia ante Él, sobrevivieron a la inundación.
Aunque presentada con apariencias simbólicas, esta enseñanza reposa sobre una base positiva. Reconocemos en ella la necesidad física de una generación animal y terrestre que no puede, por tanto, acarrear el aniquilamiento total de las criaturas, ni suprimir ninguna de las condiciones indispensables para la vida del núcleo preservado. A partir de eso, y pese a su aparente universalidad, pese a la terrorífica y prolongada acción de los elementos
desencadenados, estamos seguros de que la inmensa catástrofe no actuará igualmente en todas partes ni en toda la extensión de los continentes y los mares. Algunas comarcas privilegiadas, verdaderas arcas rocosas, abrigarán a los hombres que se refugien en ellas.”


14. Sobre “las mil arcas de Noé” (multi-diluvios) esboza:

“Los libros sagrados de los hindúes y de los iranios hacen mención del diluvio. En la India, Noé se llama Vaivaswata o Satyavrata. Las leyendas griegas hablan de Ogiges y de Deucalión. Las de Caldea, de Xixutros o Sisutros. Las de China, de Foki. Las de los peruanos, de Bochica. Según la cosmogonía asiriocaldea, los hombres, creados por Marduk, habiéndose vuelto perversos, el consejo de los dioses decide castigarlos. Sólo un hombre es justo, y por ello, amado por el dios Ea: se trata de Utmapishtim, rey de Babilonia. Asimismo, Ea revela en sueños a Utmapishtim la inminente venida del cataclismo y el medio de escapar a la cólera de los dioses. El Noé babilonio construye, pues, un arca y se encierra en ella con todos los suyos, su familia, sus sirvientes, los artesanos y constructores de la nave y todo un rebaño de animales. Inmediatamente, las tinieblas invaden el cielo. Las aguas del abismo caen y cubren la tierra. El arca de Utmapishtim navega durante siete días y se detiene al cabo en la cúspide de una montaña. El justo salvado libera una paloma y una golondrina, que regresan a la embarcación y, luego, un cuervo, que no regresa. Entonces, el rey sale del arca y ofrece un sacrificio a los dioses. Para los aztecas y otras tribus que habitaban la llanura de México, el papel del Noé bíblico corresponde a Coxcox o Tezpi...
El diluvio mosaico tuvo la misma importancia, la misma extensión y las mismas repercusiones que todas las inundaciones que lo precedieron. Es, en cierto modo, la descripción típica de las catástrofes periódicas provocadas por la inversión de los polos. Es la interpretación esquematizada de los diluvios sucesivos de los que Moisés tenía, sin duda, conocimiento, bien porque haya sido el testigo ocular de uno de ellos -lo que justificaría su propio nombre-, bien porque haya obtenido dicho conocimiento por revelación divina. El arca salvadora nos parece representar el lugar geográfico donde se reúnen los elegidos en vísperas de la gran perturbación, más bien que una nave fabricada por la mano del hombre. Por su forma, el arca se revela ya como una figura cíclica y no como una verdadera embarcación.”


15. La cábala del monte Ararat

“El arca queda varada en el monte Ararat (en griego Arara o Arhra, pretérito perfecto de arariscw, significa, estar unido, fijado, detenido, firme, inmutable), en Armenia. Noé abre la ventana (la vuelta a la luz) y libera un cuervo que, retenido por los cadáveres, no regresa. A continuación, suelta la paloma, que vuelve enseguida al arca, pues en aquel momento los árboles aún estaban sumergidos. El patriarca aguarda, pues, siete días y hace salir de nuevo al ave, que regresa hacia la noche llevando una rama verde de olivo. El diluvio había terminado. Había durado ciento noventa y siete días cíclicos o, por casi tres años, dos siglos reales. ¿Podemos admitir que un navío expuesto por tanto tiempo a la tormenta sea capaz de resistirla? ¿Y qué pensar, por otra parte, de su carga? Estas inverosimilitudes no son capaces, pese a todo, de quebrantar nuestra convicción.
Tenemos, pues, el relato mosaico por verdadero y positivo en cuanto al fondo, es decir, respecto al hecho mismo del diluvio, pero la mayoría de las circunstancias que lo acompañan, sobre todo las que se refieren a Noé, el arca y a la entrada y salida de los animales, son claramente alegóricas. El texto encierra una enseñanza esotérica de alcance considerable. Señalemos, tan sólo, que Noé, que tiene el mismo valor cabalístico que Noël (en francés, Navidad; Noé se dice en griego Nwe), es una contracción de Neoç-Hlioç, el nuevo sol. El arca, Arch , indica el comienzo de una nueva Era. El arco iris señala la alianza que Dios hace con el hombre en el ciclo que se inaugura; es la sinfonía renaciente o renovada: Sumfonia, consentimiento, acuerdo, unión, pacto. Es también el cinturón de Iris (Zwnh ), la zona privilegiada...”



16. Sobre el temor del druida Panoramix y los galos…

“La Historia cuenta que los galos, interrogados a propósito de lo que era capaz de inspirarles más terror, tenían la costumbre de responder: «Sólo tememos una cosa: que el cielo caiga sobre nuestras cabezas.» Pero ese dislate, que se tiene por una muestra de audacia y bravura, ¿no podría esconder otra razón muy distinta? En lugar de una simple bravuconería, ¿no se trataría más bien del persistente recuerdo de un acontecimiento real? ¿Quién se atrevería a afirmar que nuestros antepasados no fueron las víctimas aterrorizadas del cielo que se hundía en formidables cataratas, entre las tinieblas de una noche de muchas generaciones de duración?”

17. Sobre la Super Ola de calor 

“La historia cíclica se abre, en el capítulo VI del Génesis, con el relato del Diluvio, y concluye en el XX del Apocalipsis, en las llamas ardientes del Juicio Final. Moisés, salvado  de las aguas, escribió el primero; san Juan, figura sagrada de la exaltación solar, cierra el libro con los sellos del fuego y del azufre. La evolución humana se extiende y se desarrolla entre dos flagelos: el agua y el fuego, agentes de todas las mutaciones materiales, operan juntos, durante el mismo tiempo y cada cual en una región terrestre opuesta. Y como la traslación solar -es decir, la ascensión del astro al cenit del polo- resulta ser el gran motor de esta conflagración elemental, sucede que el mismo hemisferio es,
alternativamente, sumergido al fin de un ciclo y calcinado al término del ciclo que sigue. Mientras que el Sur está sometido a los ardores conjugados del Sol y del fuego terrestre, el Norte sufre el constante afluir de las aguas meridionales, evaporadas en el seno del gran horno y, luego, condensadas en nubes enormes que sin cesar van empujando. Pues bien, en el ciclo precedente, puesto que las aguas del diluvio anegaron nuestro hemisferio
septentrional, debemos pensar que las llamas del Juicio Final lo consumirán en sus días extremos.”


18. El obelisco parlante


El obelisco de Dammartin-sous-Tigeaux (Sena y Marne) es la imagen sensible, expresiva, absolutamente conforme a la tradición, de la doble calamidad terrestre del incendio y del diluvio, en el día terrible del Juicio Final.
Erigido sobre un cerro, en el punto culminante del bosque de Crécy (altitud, 134 m), el obelisco domina los alrededores, y por el boquete de las pistas forestales se divisa desde muy lejos. Su emplazamiento fue, por otra parte, admirablemente escogido. Ocupa el centro de una encrucijada geométricamente regular, formada por la intersección de tres caminos que le confieren el aspecto irradiante de una estrella de seis puntas3. Así, este monumento aparece edificado sobre el plano del exagrama antiguo; figura compuesta por el triángulo del agua y el del fuego, que sirve de símbolo de la Gran Obra física y de su resultado, la Piedra filosofal.
La obra, de hermoso aspecto, se compone de tres partes distintas: un plinto robusto, ovalado, de sección cuadrada y ángulos redondeados; un fuste constituido por una pirámide cuadrangular de aristas achaflanadas; y por fin, un remate en el que se halla concentrado todo el interés de la construcción. Muestra, en efecto, el Globo terrestre entregado a las fuerzas reunidas del agua y del fuego. Reposando sobre las ondas del mar enfurecido, la esfera del mundo, tocada en su polo superior por el sol en su recorrido helicoidal, se incendia y proyecta relámpagos y rayos.
Tal es, como hemos dicho, la cautivante figuración del incendio y de la inundación inmensos, igualmente purificadores y justicieros.
Dos caras de la pirámide están orientadas exactamente según el eje Norte-Sur de la carretera nacional. En el lado meridional, se advierte la imagen de una vieja encina esculpida en bajo relieve. Según Pignard-Péguet, esa encina coronaba «una inscripción latina» hoy borrada con cincel. Las otras caras llevaban grabadas en hueco, un cetro, otra, una mano de justicia, y la tercera, un medallón con las armas del rey. Si interrogamos la encina de piedra, puede respondernos que los tiempos están próximos, porque el presagio aparece figurado en ella. Es el símbolo elocuente de nuestro período de decadencia y de perversión, y el iniciado al que debemos el obelisco tuvo cuidado de escoger la encina como frontispicio de su obra, a manera de prólogo
cabalístico encargado de situar, en el tiempo, la época nefasta del fin del mundo. Esta época, que es la nuestra, tiene sus características claramente indicadas en el vigésimo cuarto capítulo del Evangelio según san Mateo, es decir, según la ciencia: «Oiréis hablar de guerras y rumores de guerras... Habrá hambres y terremotos en diversos lugares;pero todo esto es el comienzo de los dolores.» Estas sacudidas geológicas frecuentes, acompañadas de modificaciones climáticas inexplicables, cuyas consecuencias se propagan en los pueblos a los que afectan y entrelas sociedades a las que perturban, están expresadas simbólicamente por la encina. Esta palabra en francés –chêne corresponde fonéticamente al griego chn (chen, pronúnciese jen, con j española) y designa a la oca vulgar.”


19. La oca y la encina…

“La vieja encina adquiere, así, el mismo valor que la expresión vieja oca y el sentido secreto de vieja ley (en francés, se pronuncia de manera muy parecida: vieille oie y vieille loi), anunciadora de la vuelta de la antigua Alianza o del Reino de Dios.
Los Cuentos de mi madre la oca (ley madre, ley primera) son narraciones herméticas en las que la verdad esotérica se mezcla con el decorado maravilloso y legendario de las saturnales, del Paraíso o de la Edad de Oro.”


20. La Edad de Oro

“En el periodo de la Edad De Oro, el hombre, renovado, ignora toda religión. Se limita a dar las gracias al Creador, del que el Sol, su más sublime creación, le parece reflejar la imagen ardiente, luminosa y benéfica. Respeta, honra y venera a Dios en este globo radiante que es el corazón y el cerebro de la Naturaleza y el dispensador de los bienes de la tierra. Representante vivo del Eterno, el Sol es también testimonio sensible, de su poderío, de su grandeza y de su bondad. En el seno de la irradiación del astro, bajo el cielo puro de una tierra rejuvenecida, el hombre admira las obras divinas, sin manifestaciones exteriores, sin ritos y sin velos. Contemplativo, ignorando la necesidad, el deseo y el sufrimiento, experimenta por el Señor del Universo ese reconocimiento emocionado y profundo que poseen las almas simples, y ese afecto sin límite que vincula al hijo con su Padre. La Edad De Oro, edad solar por excelencia, tiene por símbolo cíclico la imagen misma del astro, jeroglífico empleado en todos los tiempos por los antiguos alquimistas, a fin de expresar el oro metálico o sol mineral.”

21. Ciclos, edades, yugas

“En resumen, la Tierra, como todo cuanto vive de ella, en ella y por ella, tiene su tiempo previsto y determinado, sus épocas evolutivas rigurosamente fijadas, establecidas y separadas por otros tantos periodos inactivos. Está, así, condenada a morir a fin de renacer, y estas existencias temporales comprendidas entre sus regeneración o renacimiento, y su mutación o muerte, han sido llamadas ciclos por la mayoría de los antiguos filósofos. El ciclo, es pues el espacio de tiempo que separa dos convulsiones terrestres del mismo orden, las cuales se consuman a raíz de una revolución completa de ese Gran Período circular, dividido en cuatro épocas de igual duración, que son las cuatro edades del mundo. Estas cuatro divisiones de la existencia de la Tierra se suceden según el ritmo de las que componen el año solar: primavera, verano, otoño e invierno. Así, las edades cíclicas corresponden a las estaciones del movimiento solar anual, y su conjunto ha recibido las denominaciones de Gran Periodo, Gran Año y, con más frecuencia aun, de Ciclo Solar”.

22. Nota final: Son conocidas las técnicas para combatir el calor tales como beber mucha agua, llevar ropa mojada en casos extremos, colocar un recipiente con agua y cubitos de hielo frente a las aspas de un ventilador, etcétera.
A continuación se expone una técnica de yoga para refrescar el aire en el cuerpo; el cuerpo contiene agua y también aire, no sólo el que ingerimos por la respiración. Se trata de refrigerar la parte aérea de la energía vital, prana o ki en el cuerpo.
Además, los beneficios convencionales son: combatir la sed y el hambre, desintoxicación en caso de envenenamiento, bajar la fiebre, ayudar a la digestión, etc. 
Si la lengua capta algo de amargor al principio del ejercicio, ese es un signo de desintoxicación.

SITALI, así se llama, descripción del ejercicio:
Se dobla la lengua dentro de la boca en forma de “U”, si tienes dificultad entonces puedes poner los labios como si estuvieras silbando, sin importar la lengua.
Se inhala el aire a través de la lengua curvada y se exhala a través de la nariz. Lentamente, unas 20 veces.
Aunque algunos lo consideren como un pranayama, este kriya o bhanda entra en la categoría de mudras (Hathayoga Pradipika y Gerandha Samitha).
Se permite la retención del aliento, sin esfuerzo alguno, si te apetece. En el proceso de la retención una gran cantidad de óxido proveniente del sobrante de la respiración se libera. Esto y la ingesta de verdura de hojas verdes son los procedimientos más poderosos para arrojar del organismo los oxidantes que degradan hasta el hierro, imagina en tu cuerpo... Pero la retención o kumbhaka es mejor hacerla aspirando y exhalando el aire por la nariz.
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Fe de erratas alevoso: Es una falta de ortografía escribir "super" dejando un espacio o colocando un guión delante del sustantivo, pero superola visualmente no queda bien. 
El uso de comillas altas y paréntesis en lugar de guiones, no está bien visto por la ortodoxia gramatical castellana, pero las usamos, dando fe de ello.


ANEXOS:

Enlaces:

- Última hora del cambio climático, 25 puntos alarmantes. (mundomejorchile.com)

- El eje de la Tierra ha cambiado. (selenitaconsciente.com)

- Oscilación masiva del eje de rotación de la Tierra. (abc.es)

Vídeo: Cómo quedarían los continentes tras un cambio del Eje






1 comentario:

  1. Informaciones recientes sobre cambio del eje de la tierra, link

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