Algoritmos Espirales Invencibles
- La enseñanza del venerable gato chamán. Contiene la enseñanza secreta de los samurais y del arte del sable. Que a su vez contiene la sabiduría incisiva que cala todas las cosas. Que a su vez contiene un algoritmo espiral, que va de los brazos al centro de las cosas, centrípeta, por medio de la lógica atenta y concentrada, la que desgrana todas las cosas y hasta la médula de las causas. Que a su vez es útil no sólo para las artes marciales, sino para la informática, los negocios, la psicología y la ciencia, donde tantos y tantos son expulsados o no llegan, por la acción de la fuerza centrífuga de la espiral. El que lea entienda…
- Este extraño gato vive a las afueras de Amatenango de la Frontera (Chiapas) y fue criado por el señor Villarreal, un hombre aún más extraño, ya desaparecido, ermitaño y noble, que pasó su vida en Perú y antes en Japón, donde aprendió Zen y Taoismo en la escuela Ittoryu, impulsado desde México por esa hambre interior que da la juventud, no solo de edad. El gato, por ese efecto que llaman “asociación trascendental”, fue sin duda influenciado por su dueño y maestro, en eso que llaman “la enseñanza sin palabras”, ese raro pero real mimetismo natural…
- El señor Zapata, un afilador de navajas y experto en el uso de éstas, era importunado desde hacía algunos días por un ratón que se había instalado en su casa.
- Los mejores gatos de los alrededores habían sido invitados a su casa, transformada en arena de combate para la ocasión. Ante la sorpresa general, el final era siempre el mismo: el cazador, aterrado por los ataques del ratón, terminaba por huir maullando.
- El experto navajero, desesperado, decidió matar él mismo a la terrible bestia.
- Armado con su sable, el señor Zapata atacó. Pero el ratón, ágil como una centella, esquivaba todos los golpes. El hombre reforzó sus embestidas pero el ratón seguía siendo intocable. Bañado en sudor, casi sin aliento, el experto terminó por renunciar.
- ¿Tendría que dejar una parte de su casa a este ratón? Esta idea lo deprimía. Sin embargo, un día, oyó hablar de un gato que tenía fama de ser el mejor cazador de ratones de toda la provincia...
- Cuando el hombre vio al famoso gato, perdió todas las esperanzas ya que el animal, que no era precisamente joven, tenía un aspecto lamentable. Pero como no tenía nada que perder, dejó que el gato entrara en la habitación en la que el ratón hacía estragos.
- El gato entró lentamente, con un paso tranquilo, como si no sucediera nada. Al verlo, el ratón quedó petrificado, visiblemente aterrorizado. El gato se acercó a él con calma, lo atrapó sin esfuerzos con su hocico y lo sacó de la habitación.
- Esa misma noche, todos los gatos que habían participado en la caza del ratón se reunieron en la casa del señor Zapata. El Gran Gato, héroe del día, fue respetuosamente invitado al lugar de honor. Uno de los gatos tomó la palabra:
- - Estamos considerados los gatos más experimentados del pueblo, pero ninguno de nosotros ha logrado realizar lo que usted ha hecho con este terrible ratón. Su maestría es verdaderamente extraordinaria. Ardemos de impaciencia por conocer su secreto.
- El Venerable Gato respondió:
- -Antes de intentar explicaros los principios del Gran Arte, la dirección de la Vía, me gustaría oír lo que vosotros mismos habéis comprendido y cómo os habéis entrenado.
- Un gato negro se levantó y dijo:
- -He nacido en una célebre familia de cazadores de ratones. Desde mi infancia he sido entrenado en ese arte. Soy capaz de dar saltos de más de dos metros, soy capaz de escurrirme dentro de las ratoneras, en resumen, soy un experto de todo tipo de acrobacias. Además, conozco un gran número de artimañas y tengo más de una victoria en mi bolsillo. Estoy avergonzado de haber sido vencido por este viejo ratón.
- El Gran Gato le explicó:
- -Usted sólo ha aprehendido la técnica. Usted sólo está preocupado de saber como combinar su ataque. Loa Maestros antiguos han inventado las técnicas con el único fin de iniciarnos al método más apropiado para ejecutar el trabajo. El método es naturalmente simple y eficaz. Contiene todos los aspectos esenciales del arte. La eficacia técnica no es la meta del arte. No es más que un medio que debe estar en armonía con la Vía. Si la Vía es olvidada, y la eficacia sobrevalorada, el arte del combate degenera y es utilizado de cualquier manera. No olvide nunca esto.
- Un gato atigrado avanzó para dar su opinión:
- -Según creo, también soy aficionado e instruido en las artes marciales, en la parapsicología, aficionado a los misterios, como casi todos los aquí presentes, lo más importante en el arte del combate es el Ki, la energía, el espíritu vital. Durante mucho tiempo me he entrenado para desarrollarlo. Ahora poseo el espíritu más poderoso, el que llena el Cielo y la Tierra. Mi Ki se impone al adversario y mi victoria está asegurada antes incluso de que empiece el combate. Incluso puedo capturar un ratón corriendo por una viga: sólo tengo que dirigir mi Ki sobre él para que caiga. Pero con este misterioso ratón, no había nada que hacer... Me ha superado totalmente.
- El Venerable Gato replicó:
- -Usted es capaz de utilizar una gran parte de sus poderes psíquicos, pero el simple hecho de tener conciencia de ello actúa en su contra. Oponer el poder psíquico al adversario no es una solución, ya que corre el riesgo de encontrar otro poder mucho más fuerte. Dice que su poder llena el Cielo y la Tierra, pero se equivoca. No se trata del espíritu sino de su sombra. No hay que confundir el psiquismo con el espíritu. El verdadero espíritu es una oleada de energía inagotable que fluye como un río mientras que la fuerza del suyo depende de ciertas condiciones, parecido a los torrentes que sólo viven el tiempo de una tormenta. Esta diferencia de origen implica una diferencia de resultados. Un ratón arrinconado se muestra más a menudo mucho más combativo que el gato que lo ataca. Se encuentra al acecho y todo su ser encarna el espíritu de combate. Muy pocos gatos pueden romper su resistencia.
- El gato gris tomó la palabra a su vez:
- -Cómo usted lo acaba de decir, un espíritu está siempre acompañado de sus sombra, y sea cual sea su fuerza, el enemigo puede aprovecharse de esta sombra. Durante mucho tiempo me he entrenado en este sentido: no resistir al adversario, sino por el contrario, utilizar su fuerza para volverla a él. Gracias a mi fluidez, ni siquiera los ratones más poderosos consiguen alcanzarme. Pero este ratón no ha caído en la trampa de mi actitud de no-resistencia.
- El Gato anciano respondió:
- - Eso que usted llama actitud de no-resistencia no está en armonía con la Naturaleza. Se trata de una estratagema fabricada por su mente. La no-resistencia artificial necesita una voluntad psíquica que interfiere la calidad de sus percepciones y bloquea la espontaneidad de sus movimientos. Hay que despojarse de todas las coacciones mentales para dejar que la Naturaleza se manifieste a fondo. Cuando la Naturaleza sigue su propio camino y actúa a su modo en uno, no hay ya ninguna sombra, ninguna vacilación, ningún fallo de los que pueda aprovecharse el adversario... A pesar de que sólo soy un simple gato que no conoce muchas cosas de los asuntos humanos, permitidme evocar el arte del sable para explicar algo más profundo.
- El arte de la lucha no consiste en solamente vencer al adversario. Es ante todo un arte de ser consciente, en el momento crítico, antes de la causa de la vida y de la muerte. Un chamán verdadero o un samurai si os gusta más ese término, debe acordarse de esto y ejercerse a un entrenamiento espiritual tanto como a la técnica del combate. Debe pues intentar penetrar la causa de la vida y de la muerte y colocarse, saber colocarse, antes de la emanación de la mente... Cuando se alcanza este nivel de la existencia, se está libre de todo pensamiento egoísta, no se alimenta ninguna emoción negativa, no se calcula ni se delibera. El espíritu no resiste, está en armonía con todo lo que lo rodea. Cuando hayáis llegado al estado de no-deseo, el espíritu, que por naturaleza es informe, no contiene ningún objeto. El Ki, la energía espiritual, se expande entonces sin bloqueos, de manera equilibrada. Si, por el contrario, un objeto la atrae, la energía se mueve y fluye en una sola dirección mientras que en la otra dirección falta. Allí, donde hay demasiado, desborda y no puede ser controlada. Allí, donde hace falta, no es suficientemente alimentada y se encoge. En ambos casos os encontráis en la imposibilidad de enfrentaros a situaciones que están continuamente cambiando. Pero allí donde prevalece el no-deseo, el espíritu no es impulsado en una sola dirección, sino que trasciende a la vez sujeto y objeto.
- Si estás fijándote en tu ki, orgulloso de él, se transforma en algo así como grasa. Tu ki es sólo una explosión transitoria, no puede durar y todo lo que queda es un gato furioso. Tu ki puede compararse con el agua que fluye de un grifo; pero el del ratón es como un gran geyser. Esa es la razón por la cual fue más fuerte. Aunque tengas un ki muy fuerte, en realidad es débil pues confías demasiado en ti mismo."
- Le llegó el turno de hablar al gato blanco y negro, el conocido como “el del callejón” quien también había sido vencido.
- El no era muy fuerte, pero era inteligente. Parecía autorrealizado, utilizaba todo su tiempo practicando yoga y meditación. Era también un gato vegano, no comía carne ni pescado. Pero él también se vio forzado a correr para sobrevivir.
- El gato negro le dijo, "Eres extremadamente inteligente y fuerte también. Pero no pudiste vencer al ratón pues tenías un objetivo, de tal manera la intuición de ese animalito fue más efectiva que la tuya. En el instante que entraste a la habitación entendió tu actitud y estado mental y fue por eso que no pudiste vencerle. Te fue imposible armonizar tu fuerza, tu técnica y tu conciencia activa; se quedaron separadas en vez de unirse en una.
- "Mientras que yo, en un instante único, usé todas esas tres facultades inconscientemente, natural y automáticamente, y de esa manera me fue posible matarlo.”
33. -El enemigo existe porque hay un “yo”. Cuando no hay “yo” no hay enemigo. Si a cada cosa le adosáis una palabra, una etiqueta, si la encerráis en una forma fija y artificial, parecen que existen en oposición. El macho se opone a la hembra, el fuego al agua. Pero cuando no se manifiesta ningún juicio en vuestra mente, ningún conflicto ni oposición pueden aparecer. No hay entonces ni un “yo” ni enemigo. Una vez superada la mente se saborea un estado de absoluto “no hacer”, se está en serena armonía con el universo, se es uno con él. En ese momento no se hace ninguna elección entre verdadero o falso, entre agradable o desagradable. Se es libre del mundo dualista fabricado por vuestra mente. Pero cuando un minúsculo grano de polvo entra en el ojo, ya no podemos mantenerlo abierto. El espíritu es parecido al ojo. Pierde su poder desde el momento en que un objeto entra en él. Esto es todo lo que puedo explicaros. Vosotros debéis experimentar su veracidad. La verdadera comprensión se sitúa más allá de cualquier enseñanza escrita. Es necesaria una transmisión especial de hombre a hombre, pero de todas maneras es uno mismo quien debe alcanzar la verdad. Enseñar no es muy difícil, oír tampoco, pero ser consciente de lo que está en vosotros es realmente difícil. El despertar, no es nada más ni nada menos que el hecho de ver en el interior de si mismo. El Satori, el Samadhi, el Éxtasis es el fin de un sueño. El despertar, la realización de sí mismo, y ver en el interior de su propio ser no son más que sinónimos...
Del texto japonés del siglo XVIII: P.Fuillerat.
Arreglos: S.Ramos
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